Energía eólica: las razones de un recurso no aprovechado

En 1994, la S.C.P.L de Comodoro Rivadavia concretaba la puesta en marcha de dos molinos de baja potencia, marca Mikon, de apenas 500 Kilowatts; al mismo tiempo, en España se iniciaba un camino similar, pero con equipos que totalizaban una potencia mucho mayor, de entre 40 y 50 Megawatts (Mw). El recorrido ha sido divergente: mientras la ciudad de los vientos quedó anclada en sólo 17 Mw (incorporados en el año 2000), en España el año pasado las energías renovables se convirtieron en la primera fuente de energía eléctrica del país, entre las cuales la generación eólica representa casi 15 por ciento del total.

La potencia eólica instalada en España alcanzó en diciembre último los 20.676 Mw, mientras que en Argentina, sumando algunos parques en distintos puntos del país llegaba a 30 Mw. Con el parque habilitado este año en La Rioja –Arauco-, se llegó a 54 Mw.
No se trata de establecer comparaciones “odiosas”, sino de entender por qué la región con un gran potencial eólico no ha logrado despegar en aquello que prometía ser una puerta de desarrollo, o al menos sumar alternativas en la reconversión productiva de la mano de la transformación de la matriz energética del país.
Claudio Jurdana y Pedro Ceragioli, gerentes de Legales y Técnico, respectivamente, de la Sociedad Cooperativa de Comodoro Rivadavia, explican cuáles son, desde su perspectiva, los inconvenientes principales por los que no se ha podido concretar aquel potencial.

Los bajos precios hacen inviable la generación eólica

El primer inconveniente está vinculado al precio. La generación eólica no ha sido considerada (para su promoción) en la ley de desregulación del mercado eléctrico de la década del 90, mientras que se le atribuye un precio similar al de la energía hidráulica, que es de sólo 20 dólares por Mw/hora. Como referencia, vale recordar que en Chile este tipo de energía tiene un precio de 150 dólares por Mw/h, en Uruguay 110 y en Brasil, 120. La ley de subsidio que se impulsó desde Comodoro Rivadavia, que por otro lado vencerá este año y asignaba un valor fijo de 50 centavos de dólar por unidad de generación, no ha sido un instrumento suficiente para compensar tal desfase.
Un sistema interconectado nacional que “sobrevoló” Comodoro, al unir Madryn con Truncado sin punto de seccionamiento intermedio, sería otro de los problemas técnicos que hoy impedirían el desarrollo de nuevos parques que excedieran los 50 Mw de potencia instalada, aun cuando se resolviera la cuestión de los precios.
Para Claudio Jurdana, estas dificultades sólo podrán superarse cuando el país fije con claridad el objetivo de modificar su matriz energética, que hoy depende en un alto grado del gas (más de un 60 por ciento), seguido por la generación hidráulica (30 por ciento) y máquinas alimentadas por fueloil o carbón, como se proyecta en Río Turbio.

Certificación de bonos de carbono

Hubo algunos hitos que transformaron al parque Antonio Morán en un referente indiscutido en materia eólica. Cuando en 1997 sumó 6,5 Mw de potencia con molinos Mikon (de fabricación danesa) y luego, en el año 2000, otros 10,5 Mw a partir de los 16 aerogeneradores comprados a la española Gamesa, se transformó en el mayor productor eólico de Sudamérica (hoy, largamente superado por Brasil).
El inicio de la nueva década también marcó para el país el traumático paso por la devaluación, lo que obligó a refinanciar una deuda de 8 millones de dólares por aquellos equipos, repactando un plazo originalmente previsto en 7 y llevándola a 15 años.
Aun en ese marco de dificultades, en el año 2006 el parque eólico logró insertarse en el programa de Mecanismos de Desarrollo Limpio acordado por el Protocolo de Kyoto, para reducir las emisiones de carbono, por lo que en convenio con un organismo estatal de Japón, logró que este país reconociera la importancia del proyecto. Así, ese año certificó que la generación eólica había evitado el impacto de 113.000 toneladas de carbono a la atmósfera, lo que le valió el ingreso de algo más de 1 millón de dólares (aportados por el mencionado organismo japonés, ya que de ese modo los países desarrollados apoyan proyectos que permiten reducir la emisión de bonos de carbono), que fueron destinados a achicar la deuda con Gamesa. Según ponderan Jurdana y Ceragioli, fue de este modo uno de los primeros proyectos del mundo en certificar bonos con un parque en pleno funcionamiento –ya que otros proyectos de desarrollo limpio aún no se habían puesto en marcha y preveían financiarse con bonos devengados -, anticipándose incluso en el año 2006 a un reconocimiento que Naciones Unidas tenía previsto iniciar un año después.

Reparación y nueva expectativa

La insuficiencia de precios para la energía eólica ha impedido no sólo insertar a la energía eólica en el mercado eléctrico nacional, sino también el sostener un adecuado servicio técnico. Con el paso del tiempo y el deterioro de los equipos, el costo de los repuestos y la dificultad de mantenimiento atada al precio euro fue derivando en un paisaje que desde 2008 en adelante mostró las sombras de los molinos detenidos. Los equipos se acercan al final de su vida útil, pero no han podido entregar el potencial que prometía el proyecto en sus inicios.
Sin embargo, recientes gestiones han logrado obtener una mejora en el precio de reposición de repuestos y paulatinamente se están poniendo nuevamente en marcha. Habitualmente el parque se utilizó para distribuir energía en la ciudad, por lo que la Cooperativa deja de comprar a otras centrales la potencia generada a partir del viento (los 17 Mw alcanzan para abastecer unos 19.000 hogares de la ciudad, que hace 10 años representaban un 15 por ciento del total y hoy, ante el crecimiento de la ciudad, significan un 8 por ciento).
“Cuando se pongan nuevamente en marcha –aclara Ceragioli- tampoco se verán funcionando de día, porque la intención es utilizarlos en horas pico de demanda, es decir el período nocturno, para tratar de preservarlos, ya que tienen un costo alto de mantenimiento y no los vamos a exponer a funcionar las 24 horas, porque la tarifa tan baja no lo justifica”.
A futuro hay nuevas expectativas. Jurdana explica que el parque ingresará en un programa de “repowering”, ya que la nueva puesta en marcha de los molinos apuntará a insertarlo en el programa GENREN (Generación de Energías Renovables). Si bien ya se han cerrado las licitaciones para instalar nuevos parques en la zona norte de la provincia, se cree que hay posibilidades de insertarse, con la expectativa de que en ese marco se reconozca un precio más acorde a la realidad: en el orden de los 100 dólares por Mw/hora.

Un comentario sobre «Energía eólica: las razones de un recurso no aprovechado»

  1. Queridos míos . . La experiencia del viento en el mundo entero es nuestra, no hay en el mundo un promedio anual de viento como el nuestro.
    No necesitamos ir por el mundo buscando tecnología eólica, la tenemos en casa. Sé que hay capacidad humana como para desarrollar equipos adecuados a nuestras necesidades, nosotros desde niños hemos jugado con el viento, ya sea creando nuestros barriletes capaces de soportar esas ráfagas violentas que nos rompía todo, fabricando nuestras helices de varios tamaños y formas que nos maravillaban cuando movian nuestros juguetes de fabricación casera. No busquen afuera tecnología que no tiene la experiencia como la nuestra, tenemos gente capacitada como para armar un buen equipo de técnicos e ingenieros capaces de desarrollar un abastecedor de energía suficiente como para abastecernos y abastecer toda la Patagonia y más. No nos subestimemos. Busquen y encontrarán.

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