Innovación y asociatividad para ampliar servicios petroleros

Rectificaciones Rivadavia trabaja en la actualización de un proyecto que, si bien quedó frenado algún tiempo atrás, afronta perspectivas de reimpulso a partir de la mayor dinámica del mercado petrolero actual: se trata de la creación de un banco de pruebas para bombas alternativas, para el cual esta empresa regional ha trabajado en el diseño de un sistema computarizado del que no hay antecedentes en el continente sudamericano, según pondera uno de los titulares de la firma, Daniel Fiscella.

Nacida como una empresa familiar y con 37 años de trayectoria en el ámbito locall, Rectificaciones Rivadavia fue de una de las primeras firmas locales en ingresar al Programa “Pymes del Golfo San Jorge”, impulsado por Pan American Energy, desde el año 2005.
En ese marco ha concretado diversos proyectos, que la llevaron a brindar nuevos servicios, desde su inicial prestación de reparación de motores y bombas alternativas.
“Cuando ingresamos, lo primero que se empezó a hacer a través del Programa fueron las capacitaciones, nos armamos como empresa, transformando el carácter familiar con el que habíamos surgido”, relata Daniel Fiscella.
Así, en una primera etapa la experiencia se concentró en apoyo para el gerenciamiento, a partir de la capacitación de niveles de mandos medios y la creación de marcos específicos, como las diferentes áreas del organigrama y el manejo de costos, que es algo en lo cual una PYME familiar no tiene habitualmente una formación específica.
Tras ese primer nivel de fortalecimiento empresarial, la firma impulsó distintos proyectos que tuvieron un eco favorable en el marco del Programa.
Una de estas iniciativas se vinculó a las tareas de electrificación de yacimientos, por el cual la firma adquirió motores a explosión en desuso que PAE comenzaba a descartar, pero que Rectificaciones Rivadavia adquirió y reparó para vender a otras compañías, operadoras de áreas marginales, reutilizando aquellos equipos.
Otro de los proyectos que tuvo viabilidad a través del Programa fue, mediante el acompañamiento para la obtención de líneas de créditos necesarias, fue la puesta en funcionamiento de un banco de pruebas para motores a explosión (hasta 1000 hp), para motores vehiculares e industriales.
Paralelamente, se avanzó en jerarquización y equipamiento específico de las instalaciones. Además, la inserción en una industria tan exigente requirió la certificación de Normas ISO 9000, lo que exige trabajar mediante procesos con registros y auditorías permanentes.
En otro orden, Fiscella describe un proyecto para modernización de algunos motores a explosión, dotándolos de encendido electrónico, tablero digital y otros instrumentos que posibilitan un mayor control y prevención del funcionamiento de los equipos.
“Hoy por algunos problemas de importación, hay componentes que no están ingresando –explica Fiscella-, pero confiamos en que en algunos meses más podremos seguir”.

Innovación en Banco de pruebas para caudales hidráulicos

Otro proyecto que se impulsó en el año 2009 y que en los últimos meses afronta posibilidades de reactivarse, se vincula a la creación de un banco de pruebas para bombas alternativas:
“Por lo general, éstas son difíciles de probar porque se necesita un cierto caudal y presión de agua variable, con un sistema que lo frene para poderlo medir –explica el referente de la empresa-. Con ese objetivo, se desarrolló un banco totalmente computarizado, podríamos decir  que en Sudamérica no hay ninguno similar. Esto se hizo con gente de acá, junto a un ingeniero de Buenos Aires que nos apoyó en la parte hidráulica, que trabaja mucho en nuestra región y un ingeniero electrónico local. Esto quedó frenado un poco por la caída de actividad que hubo en 2009, entonces no había perspectiva de hacerlo rentable, pero hoy salimos agresivamente a buscar mercado y la misma gente de Mantenimiento de PAE nos ha pedido volver a encarar el proyecto para terminarlo”.
Paralelamente, el interés de otros potenciales interesados hace que el tema comience a proyectarse en el marco de los apoyos que pueda obtener a partir del Programa Pymes del Golfo San Jorge.

Asociatividad regional para competir con gigantes internacionales

Otra experiencia ponderada por Fiscella, como consecuencia de la inserción de su empresa en el Programa, se vincula a la asociatividad lograda con otras dos firmas –oriundas de Santa Cruz- que posibilitó el ingreso a prestar tareas que antes eran realizadas por una gran empresa internacional.
“PAE apostó en el año 2010 a sacar licitaciones del distrito IV de Kaike y reemplazar una empresa internacional por otras de origen local. Nosotros, en base a nuestro desarrollo gerencial, decidimos contactar a dos empresas más que venían participando en el Programa y resolvimos una unión estratégica, por lo que nos pusimos de acuerdo y hoy trabajamos en conjunto. El programa nos dio un apoyo muy importante, ya que nos permitió ofrecer como garantía de crédito el contrato en sí, lo cual agilizó mucho el crédito, ya que para una PYME chica no es sencillo acceder a un crédito de 3.000.000 u 3.500.000 pesos”, explica el empresario.
En concreto, esta unión de empresas accedió a un servicio de mantenimiento mecánico en yacimiento, en lo que constituye una experiencia bastante particular ya que no se constituyó formalmente como “UTE”, sino que bastó el pacto de caballeros entre los integrantes de las empresas para avanzar en conjunto. Así, junto a las empresas Transpetrol (mantenimiento de AIB) y Seave (con servicios de soldadura y laboratorista), ambas de Santa Cruz Norte, llevan adelante la citada experiencia de trabajo.
“Creo que el Programa nos dio la posibilidad de sentarnos en una misma mesa y a partir de allí se da otro de los principios de esta iniciativa, que es la de promover la asociatividad: nosotros presentamos la propuesta, a la operadora le interesó y hubo mucha apertura de todas las partes, porque incluso no era sencillo ir desde Chubut hasta Santa Cruz a prestar un servicio así; esto es algo válido para destacar, porque muchos se caen del Programa pensando que brinda una relación de trabajo inmediata, pero se trata de un trabajo que lleva un tiempo de maduración, que en nuestro caso fue de 4 ó 5 años, un lapso en el cual nos capacitamos y maduramos para encarar algo como esto: creo que se trata de un marco de oportunidades que las empresas deben estar dispuestas a capitalizar”.

 

 

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