Por Raúl Figueroa) Algunos de los aspectos en los que podría centrarse la discusión sobre el contrato de Tecpetrol se vinculan a algunos de los siguientes factores, el cual Desarrollo pudo analizar en forma directa, tal lo anticipado durante las últimas ediciones y en base a una lectura propia del borrador del acuerdo:
-Se incorpora un segundo equipo perforador –la operadora tiene actualmente uno- por los próximos 3 años, para las tres áreas objeto de la concesión. Pregunta: ¿es suficiente para incrementar la producción? La respuesta estará dada por los resultados de los 10 pozos exploratorios a perforar, a razón de 2 por año, entre 2014 y 2017, además de 2 pozos que deben ir hasta la formación D-129.
-La operadora se compromete a incorporar seis equipos de “workover” en el periodo 2013-2017, orientados a tareas de recuperación secundaria y terciaria (incluida la utilización de geles), a partir del 1 de enero de 2014. Para los compromisos hasta aquí mencionados, la condición es que el precio del barril de crudo promedio para cada uno de los trimestres calendario de los años mencionados no sea inferior a los 45 dólares. Pregunta: cómo resultarán las negociaciones previstas para el caso de que el barril caiga por debajo de aquel piso, ya que el cumplimiento queda sujeto a una negociación entre partes y la búsqueda de un plan alternativo. Otra duda sería: cómo pueden impactar en el precio por barril eventuales cambios en el sistema de retenciones o programas de incentivos hoy vigentes, pero que la experiencia reciente muestra que pueden caer o modificarse.
-Entre 2018 y el 31 de diciembre de 2026, la concesionaria deberá concretar inversiones por 200 millones de dólares, para garantizar el sostenimiento de los equipos de reparación o “workover”. Cumplidas estas condiciones, la operadora podrá asociarse con Petrominera para continuar la explotación desde el año 2027 en adelante, por otros 20 años. Discusión: en este punto, el debate retrotraerá a lo planteado en 2007, cuando se acordó un mecanismo similar con PAE, lo que lleva a extender la visión crítica en torno a que “la concesión se extiende hasta el año 2047”.
-Aportes a los sindicatos petroleros. El contrato establece, además de los 4 puntos adicionales que plantea el bono compensador, 1 punto más a favor de Petrominera, que completará su valor (empezando desde un 0,25 por ciento en el primer año del acuerdo) en 2017. De ese total, la cuarta parte se destinará a los sindicatos petroleros para “cumplir con prestaciones complementarias de la seguridad social con destino a sus trabajadores representados”. Debate: con el contrato de Tecpetrol, la suma alcanzará un valor cercano a los 24 millones de pesos anuales, si se considera que cada punto porcentual de regalías equivale a 2 millones de pesos. Esto se incrementará fuertemente cuando se haya renegociado la totalidad de los contratos y se exijan las mismas condiciones. La discusión que se avecina es cuál será el mecanismo de control para derivar fondos del Estado –el aporte de las petroleras pasa por Petrominera- hacia las entidades sindicales.
-Condicionante: el artículo 8 estipula que los 4 puntos adicionales se cumplirán siempre que no haya cambios en el valor de las regalías establecidas en la ley 17.319, como tampoco modificaciones en la estructura impositiva de la provincia. De haber cambios, deberá haber nuevas negociaciones para establecer ajustes. Debate: ¿era posible evitar este condicionante, tomado como recaudo por la operadora?
-Posible venta de acciones. El contrato establece que por tratarse de un recurso estratégico, cualquier eventual cesión de los derechos de las concesionarias “emergentes de las concesiones estará sujeta a la autorización del Poder Ejecutivo de la provincia”. Debate: ¿dicha previsión es suficiente para evitar una venta de activos y cambios en la composición del capital accionario?
