Por Marcelo Hirchsfeldt (*), Especial para Desarrollo) Creo que la renegociación de los contratos petroleros tratan de subsanar las falencias que tienen las regulaciones de esta actividad en la Argentina, es decir, que no exista a nivel país una estrategia en esta área y tampoco un ente regulador de la misma, como sí lo tienen los principales países productores de hidrocarburos de la región. En el caso puntual de Tecpetrol, considero que toda el esfuerzo y discusión se basa en sentar un precedente para futuras renegociaciones, y no por el impacto económico que pueda tener esta renegociación, sin desmerecer la producción y el aporte de dicha empresa para toda la región.
Por otro lado tenemos que ser consientes del estado de madurez de muchos de los campos de la Cuenca del golfo San Jorge, lo cual es un elemento fundamental a la hora de plantear metas de inversión y recupero de producción.
Por otro lado, debemos tener en cuenta que hay no menos de tres factores fundamentales que deberíamos considerar a la hora de evaluar los contratos: la renta adicional para el Estado (y por ello, para el territorio en que se realiza la actividad); el desarrollo para la región, en el que debemos incluir la ocupación de mano de obra; y el incremento de petróleo y gas que nos plantea el país como necesidad para resolver el déficit energético. Son tres elementos determinantes y no son excluyentes entre sí, pero el impacto de cada uno es distinto.
Podríamos decir que una renta adicional debería redundar en obras, mejora en la infraestructura para la región, mejores servicios, etc, pero la historia nos condena y es muy difícil pensar que unos puntos más de regalías mejorará nuestra calidad de vida; es soñar algo que quizás nunca ocurra.
Lo mismo sucede con el autoabastecimiento de energía, que si bien esto nos permitiría disponer de energía más barata, es sabido que los principales países del mundo han perdido su autoabastecimiento a medida que fueron creciendo su industria y su desarrollo.
Ahora bien, la Cuenca del Golfo San Jorge vive de los servicios que ofrece su gente… somos una región de servicio y somos referentes en el mundo por la calidad y experiencia. Tenemos que pensar en la sustentabilidad de la industria en nuestra región, equilibrando estas tres variables pero pensando que somos una cuenca con más de 100 años, y lejos estamos de ser una de las principales reservas de hidrocarburos. Se vienen años estratégicos donde la innovación, la optimización de recursos y el profesionalismo serán claves para un desarrollo y continuidad de nuestra industria en la región.
Asimismo, debeos tener en cuenta los costos de producción, que están asociados a los gastos en pago de sueldos del personal de las operadoras, insumos como lo son materiales, Energía eléctrica y Servicios asociados a la operación y mantenimiento de la producción, entre otros ítems. Estos costos a su vez están relacionados directamente a la producción, tratamiento y transporte de los fluidos producidos como lo son agua, petróleo y gas. Si a su vez consideramos que más del 90 % de la producción de fluidos en la cuenca es agua, a medida que este porcentaje de agua aumenta los costos por barril de petróleo se irán incrementando. Uno puede trabajar sobre la eficiencia energética, la optimización del uso de recursos materiales, la mejora en la confiabilidad de los equipos para lograr que estos costos estén acordes a los requerimientos de las empresas, pero hoy nos encontramos con que la variable costos por servicios (mano de obra) se ha ido incrementando en los últimos años, teniendo una incidencia de más del 60 % en el costo de producción en la mayoría de las empresas operadoras de la zona.
La pregunta es: ¿dónde está el punto de cruce respecto a un incremento en los costos y una declinación constante de la producción de la cuenca?
(*) Ingeniero en Petróleo y Consultor Independiente para Oil Production Oil&Gas Consulting www.oilproduction.net
