El camino de la transición energética: ¿Hay alternativas al petróleo en la cuenca San Jorge?

Por Raúl Figueroa) Aun con varias décadas de aprovechamiento de los hidrocarburos, las posibilidades para subirse al tren de las energías limpias demandan hoy decisiones sólidas para no quedar de lado. Las inversiones por miles de millones de dólares que se requieren y el puente financiero que debería significar el petróleo que aún queda por explotar. 

No es la primera vez en la historia de la humanidad, pero tal vez nunca como antes existió mayor conciencia sobre la necesidad de que comenzar a reemplazar, de forma paulatina, las fuentes de energías fósiles por las limpias. La Patagonia en general y la cuenca San Jorge en particular se encuentran ante una oportunidad histórica para protagonizar ese nuevo paso, aunque ello no signifique dejar de lado, en forma abrupta, la actividad hidrocarburífera.

La primera respuesta al interrogante del título de este informe la brindará el reconocido analista del sector energético nacional Daniel Gerold, quien fue uno de los disertantes en el 1er. Foro de Transición Energética Sostenible, realizado el viernes, en la primera jornada de la Expo Industrial que se realiza este fin de semana en Comodoro.

“La Patagonia siempre fue el centro energético del país, a lo largo de más de un siglo. Acá en la región costera sobre todo, hacia el futuro existen varias posibilidades. En primer lugar, el petróleo va a seguir por varias décadas –dijo Gerold, consultado para este informe de ADNSUR-. La transición y el puente es sobre el gas natural, donde Argentina se destaca por sus recursos en el Neuquén, el off shore y también en el mismo golfo San Jorge, que tiene todavía recursos para explorar”.

Para el titular de G&G Energy, “estamos bien posicionados. La geopolítica que vemos este año, con mayores precios de la energía tradicional, le da una oportunidad adicional a la Argentina, donde hay otros recursos de energía renovable. Quizás hacia el futuro, en la década de 2030, los costos nos permitan producir hidrógeno en forma competitiva, en base a energías renovables y exportar amoníaco, por ejemplo, que es el modo en que se perfila en varias regiones como Japón, que demandan este desarrollo para ellos mezclarlo con gas licuado y producir energía eléctrica. Es decir, se abre un abanico importante para la Argentina y para la Patagonia en particular”.

Tal vez haya que volver algunos pasos hacia atrás antes de seguir avanzando en las perspectivas futuras, que desde el grupo de Transición Energética Sostenible (TES) conformado en Comodoro Rivadvia por diversos referentes de la industria hidrocarburífera y metal mecánica en general, suele definirse como “un tren que está pasando en el mundo y debemos subirnos”.

¿De qué hablamos cuando transición energética?

Una primera definición a tener en cuenta es la que brindó Rolando Rivera, integrante del TES, en oportunidad de dialogar con esta agencia para presentar al grupo de trabajo y el objetivo de comenzar a trabajar en la agenda de energías limpias.

“La transición energética como tal es un proceso que durante la historia de la humanidad ha ocurrido en diferentes momentos, que se podría citar en siglo 18 cuando pasamos de la madera al carbón; o en el siglo 19, cuando se pasó del carbón al petróleo” (aunque sin abandonar del todo el carbón, que todavía forma parte de la matriz energética y es uno de los elementos a abandonar en el futuro cercano), según reseñó el ex directivo regional de YPF.

En este nuevo período, la novedad está dada por la necesidad de preservar el ambiente, ante las señales alarmantes que ofrece el cambio climático, con las metas comprometidas a nivel mundial para frenar la suba de la temperatura global, con el objetivo de evitar que se concrete el incremento de 2 grados hacia el año 2050.

Claro que si se utiliza la palabra “transición” no se debe solamente a una cuestión de tiempos o plazos, sino también al andamiaje económico mundial que todavía sigue dependiendo (y seguirá por bastante tiempo más) de la combustibles fósiles.

Según expuso el analista Alieto Guadagni durante un foro realizado el año pasado, previo a la cumbre climática de Glasgow, realizada en noviembre del año pasado, el impacto de respetar la meta para evitar el cruce de la barrera de los 2 grados implicaría un quebranto equivalente a dos tercios del Producto Bruto Mundial.

Esa relación surge porque la existencia de fuentes hidrocaburíferas en el mundo, ya contabilizadas en el balance de las empresas, representa unos 2,8 trillones de toneladas de dióxido de carbono, equivalentes a un horizonte de explotación durante otros 50 años. Para cumplir el límite fijado para el año 2050, de no cruzar el límite de 2 grados centígrados, la explotación no debería superar de 1 trillón de dióxido de carbono.

En otras palabras, mientras que se da el cambio hacia nuevas fuentes, que deberán crear empleos equivalentes a lo que hoy genera la industria petrolera en todo el mundo, el planeta seguirá demandando petróleo y gas, especialmente este último.

Paralelamente, hay otra aclaración importante, que en este caso formuló Rivera al momento de explicar el proceso:

“Aun cuando el mundo cambie paulatinamente hacia las fuentes renovables, como la eólica o la solar para generar electricidad, el petróleo se seguirá demandando, porque está presente en muchos productos de la vida cotidiana: aunque utilicemos automóviles eléctricos, los derivados del petróleo van a estar presentes en los componentes plásticos. Lo mismo que en la informática y en otros productos de la vida cotidiana, desde la indumentaria hasta el blíster de un medicamento”, reseñó el referente del grupo TES.

Días atrás, el presidente de YPF dejó otra definición importante en su paso por Comodoro Rivadavia, durante la celebración de los 100 años de la empresa petrolera: “Argentina representa menos del 1 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono mundial, todavía tenemos mucho potencial para desarrollar en hidrocarburos”, dijo el ejecutivo, sin perder de vista que ese aprovehamiento será la palanca necesaria para consolidar el traspaso hacia las fuentes limpias, que también la misma petrolera impulsa entre sus unidades de negocio, a través de YPF Luz.

Un puente financiado por el propio petróleo

Para Daniel Gerold, el concepto debe pensarse a manera de un puente. La cuenca San Jorge no perderá en lo inmediato la actividad hidrocarburifera y los ingresos que esto genera, pero al mismo tiempo pueden apalancar el paso a hacia la fase de energías limpias que demandará el mundo en los próximos años.

“Yo creo que las regalías de petróleo y gas en esta región van a continuar por varias décadas, acá hay potencial exploratorio y una roca madre a investigar. Quizás no sea igual a Vaca Muerta, pero la formación D-129 merece amerita que haya más inversiones en explorarla. Creo que por muchos años las regalías por hidrocarburos se van a mantener. En todo caso creo que a mediano y largo plazo se va a adicionar, no sé si con regalías pero con contribuciones adicionales, con movimiento económico y creación de trabajo en la región”.

En definitiva, “esto tiene que ser el puente y el modo de financiarlo, porque si no las energías nuevas requieren de una enorme inversión de capital, que se va a superponer con otros capitales que ya fueron invertidos. ¿Quién lo va a traer? Creo que van a ser las mismas empresas petroleras que están en este negocio, que va a ir disminuyendo a lo largo de las décadas, pero que van a estar invirtiendo en estas nuevas fuentes, porque en el fondo estas empresas son de energía”.

Para aprovechar el potencial productivo, es necesario acordar leyes con un amplio consenso político, según evaluó el analista:

“Entiendo que el gobierno nacional está analizando hacer dos o tres leyes que den certidumbre y puedan ser aprobadas por todo el arco político, en especial por las dos agrupaciones más relevantes. Ello tendría una factibilidad de aprobación de modo tal de dar certidumbre a largo plazo: varias décadas sin que se modifiquen los impuestos, como se ha hecho muchas veces en Argentina y que haya un régimen razonable de acceso (a divisas) para poder pagar deudas y dividendos a la empresa que pone su propio capital. Creo que esto es fundamental, desde la macroeconomía y para que funcionen las inversiones”.

En el mapa mundial del hidrógeno

Marcelo Hirschfeldt, ingeniero en Petróleo y consultor del golfo San Jorge que también integra el grupo TES, coincidió en que los hidrocarburos tienen un rol muy importante en la transición.

“Cuando se habla de reducción de dióxido de carbono no es que se va a parar de inmediato la emisión, sino que se busca disminuir y balancear. El gas tiene un papel fundamental en ese camino y de hecho el petróleo tiene muchos otros usos, no sólo el combustible. El objetivo es la descarbonización de la industria”.

En ese marco, ponderó especialmente la posibilidad de la producción de hidrógeno desde la región, como lo demuestra el proyecto Hychico, impulsado originalmente por la petrolera CAPSA, que es uno de los cinco de estas características que está en funcionamiento a nivel mundial.

“Esto nos posiciona a la región no sólo como productora de energía eólica, sino también en el mapa del hidrógeno –valoró-. Hay desafíos económicos y tecnológicos por delante, pero debemos  apuntar a una estrategia para desarrollar estas posibilidades, no quedarnos sólo con las malas noticias de ‘quién va a venir a invertir’, sino generar este tipo de agenda pública para plantear los objetivos”.

Entre los activos del golfo San Jorge, ponderó la experiencia de la región, que podrá también aplicarse a las nuevas tecnologías por incorporar, por lo cual el sector de servicios tendrá también su propia transición.

Como definió Rolando Rivera, “la complejidad está en el ADN de la región, porque somos un país con petróleo, pero no netamente petrolero”, en referencia al modo en que la experiencia hidrocarburífera y la alta calificación del ‘know how’ de la región podría adaptarse a las nuevas fuentes energéticas.

 La expriencia Hychico en Comodoro y los hitos alcanzados en el plano internacional

Ariel Pérez, gerente de Energía Hychico, fue otro de los disertantes en el Foro del viernes último. Ante la consulta para este informe exclusivo de ADNSUR, detalló que en las instalaciones de Diadema se han incorporado todos los avances tecnológicos que generó el mundo, durante los últimos años, en esta materia.

“Hemos estado generando energía eléctrica a partir del viento, hemos producido hidrógeno y oxígeno (lo cual nos ha permitido abastecer mercados nacionales de oxígeno de alta pureza). Y con el hidrógeno pudimos hacer de las experiencias principales a nivel mundial, mezclandolo con gas que producimos en el mismo yacimiento, logrando proporciones que han sido hito a nivel mundial, para producir nuevamente electricidad”.

Otro de los objetivos alcanzados por esta experiencia ha sido el de almacenamiento del hidrógeno producid  en yacimientos depletados de gas, “lo cual también es uno de los primeros proyectos pilotos a nivel mundial”.

Si bien todavía se encuentra en etapa experiemental, la planta proyecta escalar la magnitud de sus volúmenes de producción actual, que hoy se encuentran en 120 metros cúbicos por hora. “Tenemos un generador de electricidad que puede quemar esas mezclas de hidrógeno-gas y con eso electrificamos el yacimiento”, detalló Pérez.

La electrólisis (proceso para descomponer en agua en sus dos componentes, es decir hidrógeno y oxígeno) está conectado a la red eléctrica, que a su vez también está vinculada al parque eólico que opera CAPSA en su yacimiento. “No podemos decir que sea una vinculación directa entre aerogenerador y electrolizador, porque eso no está resuelto aún a nivel nacional. Técnicamente no sería correcto decir que es hidrógeno verde, pero incluso para ser más estrictos esa definición no está todavía escrita, porque hay muchas limitaciones técnicas y por eso tenemos acuerdos internacionales con los proveedores de tecnología de electrolizadores y generadores. Estuvimos haciendo muchas simulaciones en estos años y seguimos en ese camino, de acuerdo con lo que irá precisando la normativa en qué va a ser considerado hidrógeno verde, porque esa es la dirección a la que vamos a apuntar”.

La escala de crecimiento, de acuerdo a la demanda mundial, “donde no somos los únicos con este tipo de oferta”, debería multiplicar estos esfuerzos por cien y hasta por mil, según refirió el directivo, por lo que abogó por las normas que garanticen estabilidad para las inversiones necesarias.

La experiencia de almacenar el hidrógeno es además un paso fundamental para conservar la energía eólica: “cuando no hay viento, podemos extraer ese hidrógeno guardado y mezclarlo con gas para volver a generar electricidad”, explicó Pérez.

El desafío de protagonizar el futuro

Para avanzar en este tipo de iniciativas en la región, que demandan de miles de millones de dólares, se requieren condiciones normativas y también de índole técnico.

“Cuando hablamos de generación de electricidad a través del hidrógeno, cuando hablamos de 1 GigaWatts estamos hablando de 1.000 ó 1.200 millones de dólares», precisó el ingeniero Marcelo Merli, representante de Siemenes-Chile que también participó del Foro TES.

En una provincia que explica hoy el 55% de la energía renovable que produce el país, pudiendo calificarse hoy como la más verde de la Argentina, bien vale el sueño de proyectar una transición armónica, de la mano del pilar fundamental de la educación, cuyos programas deberán comenzar a adaptarse desde la extensión de los proyectos en danza.

En este punto, vale ensayar una respuesta a la pregunta del título: la alternativa al petróleo está. El otro interrogante es si la región será capaz de subirse al tren, a partir de un liderazgo que debería consolidarse desde la convicción de un proyecto común por sobre todo tipo de diferencias de la que suele nutrirse la política más chiquita.

 

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