Para bajar naftas, se podrían reducir los precios del petróleo en el mercado interno

Por Raúl Figueroa) Mientras el precio del petróleo en el mercado internacional no detiene su caída y esta semana perforó el piso de los 60 dólares por barril, en el gobierno nacional ya evalúan una baja en los precios de los combustibles en Argentina, lo que necesariamente significa modificar los precios de referencia del mercado interno en el país. Esa decisión impactaría de lleno en las cuentas de las provincias petroleras, ya que implicaría liquidar regalías sobre precios más bajos que los actuales.

El presupuesto 2015 de Chubut proyecta que a la provincia ingresarán alrededor de 5.700 millones en concepto de regalías (en su mayoría originadas por el petróleo, ya que dicho concepto engloba también gas y, en menor medida, los ingresos por la generación de energía hidroeléctrica). Ese cálculo incluye una adecuación en base a la baja del precio internacional, que ha impactado en una parte de los ingresos previstos. Ese efecto se dio sobre la porción de regalías que ingresan sobre el petróleo exportado desde esta provincia, que representa entre 20 y 30% de la producción total, dependiendo de los meses y la demanda externa.
Sin embargo, la afectación podría ser mayor si se confirma la posibilidad de que el gobierno nacional decida bajar los precios de referencia interno del crudo, que para el tipo Medanito es de 83 dólares por barril y para el Escalante de 67 dólares. Un cálculo somero: hoy la cotización internacional se encuentra 10% debajo del valor de referencia para el tipo de crudo de esta región. Si esa baja se trasladara directamente, significaría una pérdida del orden de los 500 millones de pesos sobre los ingresos proyectados para el año próximo.
La eventual decisión se vincula con la posibilidad directa de concretar una disminución de precios de combustible en el mercado de la Argentina, ya que es el único país de la región que no ha tomado dicha decisión, como sí lo hicieron otros países del continente, en línea con la baja de precios del crudo.
Tal como ha venido informando Suplemento Desarrollo, las provincias productoras de petróleo han cedido una parte importante de su renta desde principios de la década pasada, cuando los precios internacionales eran elevados y, en base a la política de precios internos (que no reflejaban aquellos altos valores internacionales) dejaron de percibir un total de 18.000 millones de dólares por regalías liquidadas a precios más bajos. En ese contexto, Chubut perdió el ingreso de 2.000 millones de dólares desde 2003 en adelante, según el trabajo del economista Félix Piacentini, de la consultora Noanomics, publicado por este medio en agosto último.

Combustibles versus producción de crudo

La posibilidad de producir una baja en los precios de los combustibles es evaluada por el ministro de Economía, Axel Kicillof, según reflejan medios nacionales. La medida implicaría reducir los precios de referencia del barril de crudo en el mercado interno, lo que tiene dos impactos directos: el ya mencionado sobre las cuentas de las provincias petroleras; y en la ecuación de las operadoras a la hora de resolver el sostenimiento de sus planes de inversión. Ese análisis es especialmente sensible para los proyectos de YPF en Vaca Muerta, ya que la producción de recursos no convencionales requiere de precios por encima de los 80 dólares por barril, ya que por debajo de dicho valor no resultan viables.
El presidente del Instituto de la Energía “General Mosconi”, Jorge Lapeña, consultado días atrás para este informe, resume la situación de modo claro y preciso, al evaluar impactos positivos y negativos de la caída del precio internacional de crudo: en el primer ítem menciona las importaciones energéticas del país (compra de gas para producir energía eléctrica y alimentar hornos industriales), podrían abaratarse en 3.000 millones de dólares para 2015 (bajarían de 12.000 a 9.000 millones, con los precios actuales). En el impacto negativo, inscribe en primer lugar la caíd de valor de las acciones de YPF (15% menos que a principios de año en la Bolsa de nueva York). En ese marco, el analista sostiene que el país debe tomar una decisión estratégica para definir qué hará con los precios de referencia internos si se mantiene la baja en el mercado internacional.
La presión sobre los combustibles proviene no sólo del público consumidor (que este año sufrió una suba del 60% en los precios del surtidor), sino de sectores de poder como el campo, que se beneficiarían directamente con una reducción de los precios del gasoil y a, su vez, podrían generar mayores ingresos por exportación si mejoran la producción en base a ese menor costo de insumo (aun cuando la soja hoy muestra valores internacionales muy por debajo de los que registró hasta el año pasado).

Claro que aceptar la baja hoy implicaría también el acuerdo tácito para admitir las subas cuando el precio internacional del crudo vuelva a escalar, por lo que las decisiones que se tomen hoy impactarán no sólo en el presente, sino en el futuro cercano. En ese contexto, Lapeña propone aprovechar la circunstancia para alinear el mercado interno con el internacional, logrando hoy un beneficio para el consumidor de combustibles pero avanzando en una alineación de precios del gas (que están subsidiados hoy por el Estado nacional) a fin de reducir lo que hoy eroga el fisco para sostener ese beneficio y que explica gran parte del déficit de las cuentas públicas.
También cabe preguntar si en este tipo de propuestas  -donde inevitablemente queda enfrentado el interés de determinados sectores (consumidores de combustibles por un lado y operadoras petroleras junto a provincias productoras por el otro)- se apunta a lograr alinear los costos de producción internos del país con los que rigen en el plano internacional. En esa cuenta ingresa el ítem laboral, que medido en términos de productividad podría implicar que es más alto que en otros países y, como tal, afectaría la competitividad de la áreas petroleras. En otras palabras, no sólo las provincias podrían sufrir un ajuste en sus cuentas públicas al perder ingresos por regalías, sino que en el horizonte 2015 asoma una discusión en torno a la incidencia salarial sobre la producción de hidrocarburos en el país.

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