Por Raúl Figueroa) Cada año se repite el drama de la insuficiencia de venta de gas en garrafas para las miles de familias de la ciudad (desde el Municipio se contabilizan más de 4.000 lotes sin mensurar en el ejido urbano y, por lo tanto, sin acceso a las redes de gas) que dependen de este elemento para poder cocinar y otros usos mínimos, ya que si pretendieran calefaccionarse, duraría apenas uno o dos días. Para tener una idea de lo que esto equivale en términos de consumo, puede tomarse la referencia de que una garrafa de 10 kilogramos de gas licuado (butano o propano) equivale a unos 13 metros cúbicos de gas natural (metano), mientras que la diferencia de costos es de 5 veces más alta en el primer caso, que paradójicamente es el que llega a los sectores de menores recursos.
Aun con precios subsidiados, el gas en garrafa es más caro que el que pagan los usuarios de redes domiciliarias. Es que mientras el valor de una unidad de 10 kilogramos de gas licuado, equivalente a 13 metros cúbicos de metano (que es el gas natural que llega por las redes) es de 16 pesos –a valor subsidiado- los 13 metros cúbicos de la tarifa del servicio de red oscilan los 3 pesos más impuestos, dependiendo de las categorías de consumo. Estos datos corresponden a un informe elaborado por el gobierno de Neuquén en el año 2011 y no ha habido variaciones en la tarifa desde aquel momento, por lo que puede deducirse que en la actualidad la diferencia continúa siendo de al menos 5 veces mayor en el gas envasado en garrafa. Si se considera que en determinados puntos de reventa la unidad puede superar los 60 pesos, entonces la diferencia que afecta a los sectores que carecen del servicio por red se eleva mucho más.
Gestiones y precios
Los volúmenes de compra de gas a precio subsidiado, por parte de las fraccionadoras de gas, deben fijarse en 1.100 pesos la tonelada (es decir, unos 11 pesos por cada 10 kilogramos, lo que sumado a transporte lleva y otros costos lleva el valor a 16), pero desde febrero el Estado se retrasó en los aportes para cubrir el subsidio y por eso el precio se fue equiparando al valor de mercado, por lo que subió a 2.800 pesos la tonelada en ese segundo mes del año, pasando a 3.100 en marzo y 3.300 en abril. Las gestiones que realiza el Estado provincial, según anunció el titular de Petrominera Oscar Cretini, apuntan a cubrir la diferencia entre el precio subsidiado y el de mercado, en los volúmenes que se adquieran sin aquel beneficio, para que de este modo las garrafas puedan llegar a los usuarios a un precio que, puesto en el fraccionador –en Comodoro Rivadavia, la planta de Surgas- puedan sostenerse a 16 pesos, en cantidad suficiente para poder responder a la demanda. El otro nivel de gestiones es para que el subsidio incluya también el precio de la distribución, para que en bocas minoristas en los barrios “tenga una carga adicional que no supere los 5 ó 6 pesos”, según planteó Cretini “y no los valores que hoy se están viendo, los que significan un abuso. Si un distribuidor lleva la garrafa a otro negocio, ese costo no debería llevar a la garrafa más allá de los 25 ó 30 pesos”, indicó el funcionario. Por ello, se aguardaba cerrar el acuerdo con las operadoras y fraccionadoras, para confirmar la fecha en que llegarían los camiones con el producto a valor subsidiado, por lo que se esperaba que para antes del fin de semana el arribo de 200 toneladas (entre 9 y 10 camiones), lo que significa un total de 20.000 garrafas de 10 kg, para empezar a sanear la demanda y luego conseguir reposiciones de forma periódica, para garantizar el abastecimiento. El esquema planteado por el gobierno provincial apuntaría a cubrir la diferencia entre los precios de mercado y el valor del gas subsidiado, para que la garrafa pueda seguir llegando al valor más accesible que, como queda reflejado más arriba, de todos modos sigue siendo más alto que el que se paga por el gas que llega a través de las redes domiciliarias.
