Embudo

?

 Los problemas energéticos se agolpan a partir del achatamiento tarifario y la decisión del gobierno nacional para mantener los subsidios, aún cuando estos benefician no sólo quienes más lo necesitan, sino a sectores que tienen altas utilidades (tal como ocurre en determinados sectores rurales, beneficiado por el subsidio al gasoil importado). En lo que refiere al gas, el precio bajo favorece a los habitantes patagónicos, pero también a quienes necesitan mantener sus piscinas con agua caliente durante todo el año o a quienes calefaccionan veredas de bares en Capital; al mismo tiempo, impide continuar el desarrollo de redes que posibiliten llegar con el fluido a las provincias más empobrecidas del país y que son las que deben pagar el más alto precio del gas envasado.

En el caso de la energía eléctrica, la creciente necesidad de recursos para cubrir el déficit entre costo de generación y tarifa trasladada a los usuarios tiene el límite de recursos que no estarán disponibles para otras prioridades del Estado (tales como salud, educación o seguridad), pero además porque desalientan la posibilidad de nuevas inversiones en materia de desarrollo de más infraestructura (cuya necesidad de crecimiento también está planteada por la mayor demanda provocada por el recupero industrial).

Hay un elemento que los usuarios menos favorecidos –que sufren también los embates de la inflación- pueden comenzar a poner en práctica y que debe partir desde la enseñanza de hábitos de consumo que apunten a la sustentbailidad: la propensión hacia el uso eficiente de la energía. Esta será la mejor herramienta para atenuar los impactos cuando, tarde o temprano, la estructura tarifaria deba llegar a niveles reales de m

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *