Objetivos: un barril de 52 y gas de 5 dólares para mantener la cuenca a flote

Por Raúl Figueroa) El objetivo de la cuenca San Jorge, evidenciado en el cónclave reunido en Rawson este miércoles y que tendrá continuidad en Buenos Aires la semana próxima, es lograr que Nación garantice un precio de barril de petróleo cercano a los 52 dólares, además de un precio de gas del orden de los 5 dólares por Millón de BTU y medidas de incentivo para sostener el barril de exportación. Así lo anunció Jorge Ávila al plantear que el riesgo concreto que se corre en esta región es para 2.000 puestos de trabajo, en caso de que el mercado interno quede alineado con los precios internacionales.

Por su parte, el gobierno nacional da señales contradictorias. Según trascendidos en medios nacionales, habría dos tendencias contrapuestas en el seno gubernamental, de las cuales una sería más férrea para eliminar el barril criollo a partir de diciembre; y la segunda sería más moderada, proponiendo una baja gradual en el precio hasta quedar alineado con el mercado internacional en los próximos meses.

Extrañamente, el tema no formó parte de la agenda del ministro Rogelio Frigerio en su visita a Chubut, semanas atrás. El mismo funcionario nacional había prometido, dos meses antes ante el gobernador de Neuquén, que la eliminación del barril criollo no formaba parte de la agenda del gobierno nacional, pero en su visita a Chubut no hubo manifestaciones en ese sentido.

Lo que Ávila precisó en las últimas horas es el impacto que tiene la situación actual en el futuro inmediato: habría una baja de 20 equipos (sobre los 41 que mantiene en actividad) por parte de Pan American Energy, la principal operadora de Chubut, según anunció el líder sindical, lo que en principio sería por un período de diciembre a marzo (similar al plan vacacional del año pasado); pero si no hay señales de precios en concreto, esa baja podría ser indefinida, con impacto sobre los puestos laborales. “Si no se encuentran incentivos del gas o el barril, en marzo se producirían los despidos”, precisó Ávila.

El dirigente admitió que ese panorama fue parte del cuadro descripto por el CEO de la compañía, Marcos Bulgheroni, la semana pasada en Buenos Aires, donde “nos transmitió que si no se encontraba un precio sostén del gas o el petróleo criollo,  la empresa tendrá la mitad de la actividad del 2016”.

Además de los precios de incentivo en el mercado interno, el dirigente sumó otros dos elementos: el sostenimiento a los reembolsos de exportación por puertos patagónicos y subsidios al barril de exportación o “sacarle los impuestos, que sería lo mismo”, propuso. “Esto sería importante para ayudar a Tecpetrol y Enap Sipetrol, que exportan casi toda su producción”, puntualizó.

En los días previos, Ávila centró críticas sobre YPF, a la que cuestionó por haber bajado la totalidad de equipos de perforación –esta semana apuntó que “tiene uno en actividad, después de nuestra crítica”-, aunque la operadora emitió un comunicado oficial dando cuenta de que mantiene 4 perforadores en actividad en la provincia, 10 de work over y 8 de pulling. De cualquier modo, la incógnita sigue ligada a 2017: los planes de inversión de las operadoras aún no se conocen, pero en muchos sectores de la industria se da por descontado que la principal operadora del país no mantendrá ese parque de equipos en actividad. Otra discusión pendiente es si el régimen de 8 horas podrá atenuar la pérdida de puestos laborales que podría implicar la reducción de actividad.

 

Detalle de puestos sobrantes

El diputado provincial Carlos Gómez dio el siguiente informe en Legislatura:

-DLS: 12 equipos paralizados, con 250 trabajadores parados. “En igual situación se encuentra SP Argentina”.
-San Antonio Internacional: 15 equipos paralizados, con 260 operarios parados.
-SP YPF: 110 trabajadores parados.
-LA.S.A: 70 trabajadores parados.
-Schlumberger: 50.
-Transporte de personal: 60.
-Operaciones especiales: 45.
-Industrial Chubut: 32.
-Maestranza: 56.
-Sictel: 30.
-Personal jubilable con expedientes rechazados: 196.

 

#En números

-2.000 son los puestos sobrantes en total, sumando las distintas ramas de actividad que dependen de los equipos paralizados.

-1.000 son las desvinculaciones acordadas reconocidas por el sindicato Petrolero Chubut durante 2016.

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