Roberto Kozulj : “A largo plazo, veo una tendencia de 80 a 100 dólares por barril”

Por Raúl Figueroa) El economista Roberto Kozulj disertó en Comodoro Rivadavia, invitado por el Observatorio Universitario Patagónico de Hidrocarburos y Energías, con la conferencia  “Determinantes de los precios internacionales de los hidrocarburos líquidos y gaseosos: los escenarios”. Licenciado en Economía y especializado en Energía, Kozulj es vicerrector de la sede andina de la Universidad Nacional de Río Negro y asesor de la Comisión Económica para América latina –CEPAL-, desempeñándose además como profesor e investigador titular de la Fundación Bariloche. Al término de la disertación, a la que asistió Suplemento Desarrollo, el especialista brindó su opinión sobre otros aspectos específicos sobre la política energética argentina, particularmente en lo relativo a precios internos y la posibilidad de incrementar inversiones para lograr el auto abastecimiento energético.

_En su presentación sostiene que aun con la baja del precio internacional del petróleo, en los últimos meses, ésta se encuentra en términos de una banda media y está lejos de tocar un piso. ¿No hay motivos para alarmarse entonces?
-Claro, si pensamos que en 2003 con 50 dólares por barril los economistas anunciaban “se acabó el petróleo barato”, pero luego consideramos que hoy está en 70, 75, 72 dólares dependiendo del tipo de crudo de que se trate, estamos en precios con una banda inferior de 50 y superior de 190. Ahora, hay razones coyunturales para pensar por qué puede bajar: por un lado desaceleración de economías centrales. Hubo una pequeña mayor oferta en Estados Unidos, a partir del shale aunque vimos en la presentación que ésta no es demasiado significativa (en petróleo sigue importando el 50% de su consumo) y, en general, los anuncios de que Estados Unidos se podría convertir en un productor de similar nivel a Arabia Saudita no son avalados por los números. Lo que pasa es que en los movimientos de corto plazo, ese exceso de oferta (Arabia lo puede provocar abriendo un grifo) y reducción de demanda puede llevar a un escenario que haga creíble una baja de precios, pero de manera coyuntural. Me cuesta pensar en una baja pronunciada, porque a través de las proyecciones de crecimiento vemos que Asia, aunque desacelere un poco, seguirá a tasas altas, incorporando clase media mundial; me cuesta pensar una reducción de la demanda energética, salvo que haya una decisión muy fuerte de parar el juego, de que los países centrales digan “los ricos nos mantenemos como estamos y ustedes refuncionalicen su mundo”, pero eso tampoco sería sostenible, ni social ni políticamente. El escenario más visible es de crecimiento en la demanda y si va asociado a explotaciones de recursos más costosos, no lo veo como tendencia permanente: a largo plazo lo sigo viendo como un escenario con tendencia  80 ó 100 dólares por barril; y posiblemente más también.

-Usted dice que “a Argentina esta situación no le mueve el amperímetro” (entre otros motivos, pro la vigencia de precios internos más bajos que las referencias internacionales), pero en el golfo San Jorge culturalmente estamos adaptados a escuchar que “el precio del barril no alcanza para justificar las inversiones”. Durante años se peleó para mover la referencia de 42 dólares del crudo Escalante, que hoy es de 67. Y al mismo tiempo usted señaló que en su momento, el punto de corte de Pérez Companc era de 20 dólares por barril. ¿Cuál es el costo de producción de un barril de petróleo en el país?
-Hay varios costos, depende del área de que se trate, pero un operador siempre dice que no le alcanza: ni 42, ni 50 ni 70 dólares tampoco, siempre dicen que es poco porque nadie va a relevar su renta y viendo la tendencia internacional, habiendo un costo de oportunidad más alto marcado por el precio global, van a buscar ese mercado. Sobre todo a partir de las retenciones móviles, que planchó los precios en la Argentina. Pero de a poco se ha salido de eso y hoy los precios que reciben las operadoras en la Argentina no son bajos. Luego, el costo de producción de un barril depende del área en el que se produzca: lo que sí es cierto es quela renta es alta, porque si no Cerro Dragón no hubiera duplicado la producción. Recordemos que este yacimiento se viene operando desde la época de Fondizi (1958) y si miramos la producción, hubo años en que llegó a duplicarse, luego de 60 años de operación. Quiere decir que la señal de precio hizo crecer la extracción. Lo que pasa es que no se invierte tanto en exploración, es lo que necesitamos en Argentina para desarrollar nuevas áreas. La explotación del shale (no convencionales) supone una etapa de riesgo comercial, hasta no saber cómo se comportarán los pozos, eso es información confidencial de las empresas y no la van a hacer pública; entonces es comprensible que una señal de precios a la baja sea preocupante y genera ruidos y condiciones de negociación a favor de laso operadoras, pero de ahí a decir que van a ser inviables los proyectos, no lo creo.

Esta última afirmación del disertante fue también referida a una consulta de este suplemento durante la disertación, en torno a si de estabilizarse en 2015 los precios internacionales en torno a los 70 dólares, habría riesgo para la explotación de Vaca Muerta (donde el crudo Medanito cuenta con una referencia de 80 dólares por barril). La respuesta en ese ítem fue también negativa: “puede que se afecte alguno de los proyectos, pero no se puede plantear que la totalidad se va a ver amenazada”.

-En resumen, usted plantea que más allá de esta baja circunstancial de precios, el escenario sigue siendo atractivo. En cuanto a la política de precios, ¿considera que la política es eficiente en cuanto a los resultados alcanzados, para desvincular los costos del mercado interno en relación a los internacionales?
-Hay que mirarlo por producto. Pensemos en los derivados del petróleo, por ejemplo la nafta: un litro “Infinia” está cerca de 14 pesos, a 8,40 pesos por dólar… es 1,50 dólar, son 5,80 dólares por galón… bastante más caro que en Estados Unidos. Usted podrá decirme que es más barato que Brasil, pero en Brasil se quejan porque la empresa Petrobras explota a los usuarios; en el caso del gas tienen tarifas altísimas y no hay un desarrollo del mercado como el que se esperaba. Yo estuve en la Feria Industrial de San Pablo, donde confluye toda la industria del país y no estaban muy contentos con la política de Petrobras; ahora, para Petrobras es excelente, porque captura una renta en el mercado interno que le permite reinvertirla en exploración. Sigue siendo un monopolio y al serlo tiene una ventaja, que es la captura de renta y reinversión, manejando la política petrolera, entonces es un esquema orgánico. En Argentina tenemos atomización del upstream y ahí la captura de renta y sus transformación en inversión ha sido una contradicción desde las privatizaciones: yo puedo dar señal de precios, pero quién me garantiza que las inversiones se hacen? ¿Quién las fiscaliza y quién corta un contrato petrolero si las inversiones no se han hecho? En el caso de Repsol fue alevoso ese incumplimiento y también Repsol buscó esa salida, pero no en el caso de otras operadoras. En definitiva, no veo tan mala la política de precios del petróleo y derivados en Argentina, lo que pasa es que tendemos a mezclar todo: si hablamos de tarifas eléctricas en Buenos Aires, digo que no se justifica en términos económicos ni sociales el nivel de subsidios, pero sí puede entenderse como objetivo de causar el menor impacto posible para no caer en una recesión. Se complica por temas que no son energéticos, sino una racionalidad macro económica. Si me preguntan por precios de gas natural, hay estímulos suficientes a 7,5 dólar por MBTU, esto es más alto que la referencia del Henry Hub; supóngase que hay un desfasaje entre el tipo de cambio nominal y paralelo, pero aún así con 7,5 es más alto que los 4,5 del Henry Hub. La pregunta es: ¿qué desean para invertir los actores privados en la Argentina? Es una cuestión que no se ha podido resolver en estos tiempos, es una suerte que YPF haya retomado al menos una parte del negocio, porque da una señal de que se puede; la más importante señal en el downstream es la creación de productos competitivos a nivel internacional (por ejemplo las naftas de alto rendimiento), a buen precio porque tiene margen aún para subir. Y en el upstream ha logrado levantar la producción de gas y petróleo, por ahora es poco pero ha mostrado que se puede: si el conjunto de las empresas hiciera esto, estaríamos ahorrando una cantidad de divisas importantes. Está bien que no todas las áreas son iguales, yo conozco eso, pero creo que hay una falta de inversión notoria por parte de los actores privados en la Argentina.

-Los voceros de la industria suelen repetir que necesitan “reglas claras”.
-Siempre fue lo mismo, porque cuando hubo reglas claras en los 90 también repartían todas las utilidades y las mandaban al exterior; cuando invirtieron lo hicieron para amortizar reservas, es decir mientras esta actitud no se modifique va a haber una pulseada mano a mano con el gobierno. Creo que el gobierno está actuando bien con la ley de hidrocarburos, es sensata para ambas partes, con pisos y techos. Si luego hay grandes excedentes, alguien va a decir que se regaló un recurso que se sabía que existía, pero la realidad es que hoy no estaba disponible.

-¿Es correcta la libre disponibilidad de divisas y precios liberados para el 60% de la producción offshore y el 20% de los recursos no convencionales?
-Mejora las perspectivas para la actividad, porque el operador petrolero es de alta renta pero también de alto riesgo; y el offshore en Argentina es una aventura, porque no tenemos experiencia prácticamente. Brasil fue de a poco, hasta llegar al Presal hizo todo un aprendizaje, con desarrollos de tecnología propia, pero fue todo un camino hasta llegar. En aguas profundas ese conocimiento lo tienen los noruegos y BP, pese al accidente del Golfo de México.  Ahora también lo tiene Petrobras, mientras que un operador de trayectoria es Total, que opera en aguas de la cuenca Austral. Es una tecnología compleja, por lo que YPF va a tener que asociarse a alguien para aprender el negocio; se apuesta a rentas grandes y se apuesta a que haya mucho recurso, sin quedar sujeto a un mercado interno con regulaciones económicas. Argentina necesita posicionarse e incorporar tecnología para esto.

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