Por Raúl FIgueroa-Comodoro Rivadavia) Las dificultades que atraviesa la relación entre Chubut y PAE,la principal productora de hidrocarburos de la provincia, deberían posibilitar un marco adecuado para pactar un nuevo vínculo entre las partes. El gobernador dijo días atrás que más allá de lo que se investigue en la justicia –en relación a los presuntos hechos de sobornos al momento de negociar concesiones petroleras en la provincia-, en un proceso que seguramente será extenso y muy difícilmente llegue a algún tipo de conclusión concreta -más allá de que las sospechas y las interpretaciones seguirán multiplicándose- la operadora debe abocarse a su actividad que es la de extraer petróleo, incrementando una producción que es necesaria para que el país pueda reducir la dependencia –hoy creciente- de combustibles importados. En tren de hipótesis, el gobierno llegó a verbalizar la posibilidad de que cabría una caducidad del contrato, si se comprobaran los hechos ilícitos que hoy son objeto de discusión y de investigación. Antes que llegar a tal situación límite –no antes de un extenso proceso judicial, en todo caso- acaso las partes deban fijar criterios para recuperar un vínculo de normalidad para el desempeño del principal yacimiento petrolero del país (hasta que Vaca Muerta empiece a producir a pleno, Dragón seguirá aportando el mayor volumen de crudo, incluso hoy, cuando está en baja) y el marco hidrocarburífero es un punto de partida para transitar. Claro que si la operadora persiste en mostrarse inflexible –volvió a liquidar regalías por debajo del precio promedio, según la reserva judicial planteada por la provincia- la tensión seguirá caracterizando al vínculo y las consecuencias, en cualquier caso, no serán las mejores para ninguna de las partes. Es hora de dejar que la justicia actúe y que los “fierros” apunten al campo para sacar más petróleo.