Lo que dicen y ocultan los números

El análisis estadístico no estaría completo si no se hacen algunas salvedades, que importan en función de lo que plantea el año 2014 como desafío para recuperar y consolidar actividad. Las caídas de producción que vienen registrándose de forma constante desde el año 1999 en petróleo y desde 2004 en gas, tienen en el último período la atenuante de la evolución positiva de YPF a nivel país que, con un salto positivo entre 2012 y 2013 (leve aún, ya que sube 2,6% en crudo y  2% en gas, frente al déficit energético del país y más de una década de caída consecutiva) , al menos revierte la tendencia negativa que caracterizaron a la etapa de Repsol y el posterior ingreso del grupo Eskenazi. Y plantea expectativas para los resultados del año en curso, a partir de la aceleración de los proyectos shale en Neuquén y nuevos hitos en producción convencional, entre los cuales Chubut aportó interesantes resultados en áreas que después de 100 años de explotación, siguen entregando perspectivas de crecimiento. En la cuenca San Jorge y particularmente dentro de Chubut, debe tenerse en cuenta que la caída de producción de PAE se da luego de los graves sucesos de junio de 2012, cuando la desaparecida organización gremial de los “dragones” irrumpió en Cerro Dragón con graves daños a las instalaciones. Transcurrido ya más de un año y medio desde aquellos sucesos, considerando las declaraciones que por entonces se hicieron que la recuperación tardaría no menos de 18 a 24 meses, surge entonces la expectativa de verificar si este año será finalmente el de recupero de producción para la principal operadora de la provincia, teniendo en cuenta que anunció la incorporación de 4 equipos de perforación y la perforación de 220 nuevos pozos para el corriente ejercicio. Estos serán los desafíos para la industria, plasmados además desde el Ministerio de Hidrocarburos al anunciar que este año se fijaría la meta de superar el techo de 9,5 millones de metros cúbicos que la provincia registró en sus épocas de mayor producción. Todo ello, en un contexto social en el que los diversos sectores de la comunidad suelen volcar sus conflictos a la afectación de la actividad, cortes de ruta mediante, lo que termina muchas veces perjudicando más a pequeñas empresas, además de causar consecuencias negativas para las cuentas públicas, como lo atestigua la multimillonaria pérdida de regalías desde los sucesos de 2012.
Al final del período, será interesante evaluar si tales anuncios y objetivos –empresarios y políticos- se plasmaron en los hechos, porque ello reflejará si la cuenca ha evolucionado o si continuó su proceso de retroceso productivo. Al final del año, cuando no haya más lugar para especulaciones ni promesas, volverán a ser los números los que tengan la palabra.

Por: “El Nerd”

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