Editorial del 23 de mayo de 2013
Hay una carrera contra el tiempo, con un alto costo para el país. Con estimaciones que hablan de que este año se necesitarán entre 12.000 y 13.000 millones de dólares para solventar las importaciones de energía, Argentina requiere con urgencia incrementos de producción de gas y petróleo que, de cualquier modo, no llegarán con la rapidez que el tema requiere. Si la producción actual de petróleo es hoy un 25 por ciento menos que hace 10 años, en gas la diferencia en el mismo período es del 20 por ciento, lo cual significa que para mantener la industria funcionando y las máquinas que generan electricidad se debe importar –a precios internacionales- el gas que se requiere. En la observación puntual de las provincias, en materia petrolera la que más ha caído es Neuquén, pero tiene la expectativa de empezar a recuperarse a partir de los recursos no convencionales. En Chubut, YPF podría incorporar entre 1.000 y 1.200 metros cúbicos de producción a los cerca de 5.000 que produce actualmente en todos sus yacimientos, mediante un plan que apunta a “barrer” reservas que todavía quedan en Campamento Central, en las zonas de Bella Vista Sur y Restinga Alí. Si PAE recupera los 1.500 cúbicos que perdió desde junio del año pasado, la producción en esta provincia volvería a liderar la actividad petrolera en lo que resta del año, pero no es seguro que esos incrementos alcancen para volver a contar con saldos exportables (para ocupar el complejo refinador a pleno, se necesita un salto en todo el país de al menos 15.000 cúbicos diarios). Las cuentas provinciales, con la disminución de regalías, ya empezaron a comprobar las consecuencias.