Montamat: “La industria y las provincias tienen sólidos argumentos para plantear el tema retenciones”

El consultor Daniel Montamat, quien se desempeñó como presidente de Y.P.F. en 1988-89 y secretario de Energía de la Nación en el año 2000, asegura que el debate por las retenciones petroleras debería reactivarse con urgencia, ante la caída de exportaciones y los menores ingresos que esta política implica para las provincias productoras. En esta entrevista con Desarrollo afirma que aún hay tiempo para que el gobierno nacional evite la total pérdida del autoabastecimiento energético.

 _¿Se percibe algún tipo de señales de que en el debate por retenciones en general se puede hablar también de las que gravan al petróleo?

_Lamentablemente no lo advierto. El sector agropecuario tiene más presencia mediática y hoy sin duda tiene más fuerza que el sector energético, como grupo de interés para reproducir sus temas. Sin embargo el de energía tiene un elemento muy fuerte para replantear las retenciones, porque es un impuesto a las exportaciones y éstas han ido cayendo. Quedan las de crudos pesados (que producen ustedes en San Jorge) pero de acá a un tiempo hasta eso va a desaparecer. Importamos cada vez más productos a precios internacionales y, con esta tendencia, vamos a tener que importar crudo a referencias internacionales: no hay base imponible cuando un país pierde autoabastecimiento. Ese es un argumento muy sólido, muy fuerte y debería ser un argumento de la industria y las provincias que están afectadas”.

_¿Por qué hay silencio en el tema?

_Se debe a que hubo corrimientos en los precios efectivos que traducen las retenciones. Por la retención vigente los crudos se tendrían que cotizar, si se interpreta estrictamente lo que salió como norma, en 42 dólares por barril. Al principio era así, pero luego hubo corrimientos y hoy el promedio está entre 45 y 50 dólares. Esos deslizamientos, que son acuerdos entre el upstream y el downstream (productores y refinadores), provocaron un cierto relajamiento y ha llevado a que el tema no se discuta tanto hoy, pero la situación es grave: el crudo cotiza a 80 dólares en el mundo y los nuestros están poco más de la mitad. Este panorama, de continuar, nos lleva a la pérdida del autoabastecimiento y perjudica abiertamente a las provincias productoras. El tema retenciones se traduce en lo de “varias bombillas para el mismo mate”: la mayoría de los productores sobre explotan lo que está en producción y se hacen mínimas inversiones para explorar y reponer reservas.

_Tampoco ocupa mucho espacio el problema de los precios congelados para el gas.

_El problema del gas es peor aún, porque el congelamiento de precios tiene un deterioro mayor a raíz de la inflación. El precio del gas natural en boca de pozo país, si se considera una medida ponderada residencial, es de 2,17 dólares por millón de BTU, cuando a Bolivia le pagamos 7,40: esto parece una política de promoción de importaciones. Cada vez importamos más desde Bolivia, que tampoco puede vendernos más y entonces importamos por barco; y si no traemos más es porque no se puede regasificar: todo este panorama tiene que cambiar, debemos ir a otro precio en forma gradual y llegar a un intermedio entre el actual y el de importación; eso tiene que motorizar otra vez la actividad productiva y debe haber más inversión en exploración, que en estos años se ha restringido, salvo excepciones.

_¿Sólo la cuestión de los precios es causal de la caída de inversiones y exploración?

_Es una parte; la otra es que tampoco hay certidumbres de reglas para el largo plazo. Tome el tema de las retenciones: cuando empezaron eran del 20 por ciento, luego pasó a 45 y ahora este sistema donde la retención es un tope al precio interno, cuando el crudo vale más de 60 dólares en el mercado internacional. Entonces hay cambios de reglas de juego y decisiones que se toman en función del clima (como ocurre con las restricciones de gas en períodos invernales). La otra palabra clave es planificación estratégica: este sector está empantanado en el corto plazo, pero se trata de un sector capital intensivo, es decir que tolera mucho menos los caprichos políticos coyunturales.

_¿Es contradictorio que por un lado haya una política de retenciones para evitar aumentos de precios de combustibles, pero por otro lado estos no han dejado de subir?

_Sí, es cierto que los combustibles no reflejan el valor que da la retención sobre el petróleo, con lo cual hay una actitud permisiva del gobierno y los precios son virtualmente libres para acercarse a los mercados internacionales. Es como si el gobierno dijera: “lo que te quito en el gas, te compenso con el downstream de los combustibles, pero esto desde el punto de vista de las señales es totalmente distorsivo. Estos deslizamientos no aportan nada, porque no hay mayor inversión en refino. ¿Dónde está la refinadora que iban a instalar en Comodoro? A lo mejor con estos márgenes de refino tendría que resultar viable algún tipo de proyectos, pero no está en agenda: tal vez sea porque tampoco hay seguridad de nuevos cambios de reglas. Está todo sujeto a una gran discrecionalidad, regida por el corto plazo y entonces en estos sectores, donde el largo plazo es fundamental, se hacen sólo las inversiones necesarias para explotar lo que ya está en marcha.

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