Tras la confirmación de un pozo con escala de explotación comercial en la zona offshore de las islas Malvinas, lo que en las últimas
semanas reavivó las tensiones entre el Gobierno nacional y el británico, el investigador Federico Bernal puso cifras concretas al potencial que podría aportar la zona del pozo “Sea Lion”, que Rochoopper había perforado el año pasado y del que prevé empezar a extraer petróleo en el año 2016. Se trata de una reserva que podría implicar en principio un stock de 350 millones de barriles. En un solo pozo, hay el equivalente a casi dos años de producción total en la Argentina.
Federico Bernal es integrante del Centro Latinoamericano de Investigaciones Científicas y Técnicas (CLICET, www.cienciayenergia.com), autor de los libros “Petróleo, Estado y Soberanía” y “Malvinas y Petróleo”, entre otros.
En entrevista con Desarrollo, el investigador advierte en principio que el pozo que disparó la nueva controversia ya había sido perforado en mayo del año pasado, mientras que estudios posteriores lograron llegar a la confirmación sobre la viabilidad comercial, anunciada recientemente.
“También se perforaron otros aledaños en la zona de cuenca norte de las islas, todos con resultados desfavorables, hasta que en mayo de este año se confirmó el petróleo en éste. En realidad ya lo había encontrado Shell en el año 1998, cuando hizo el primer pozo exploratorio y encontraron crudo, pero no en cantidades comercialmente viables. Gracias a nuevos estudios, esta empresa
Rockhooper ha anunciado que comenzará a epxlotar en el año 2016”.
Según anunció recientemente la compañía, en reunión con el gobierno británico, prevé invertir 2.000 millones de dólares
en los próximos 5 años. Entre las principales accionistas de la petrolera se menciona a Fidelity Worldwide, Royal London Asset Management y Legal & General Investment Management.
Bernal sostiene que el yacimiento encontrado es más que importante, en tanto se calculan unos 350 millones de barriles si se parte de un 30 por ciento de Factor de Recuperación. “Lo que se descubrió es todo un complejo, de cerca de 90 kilómetros cuadrados, que es casi la mitad de la superficie de la Capital Federal y que tendría grandes volúmenes de petróleo, que no son sólo los 350
millones de barriles iniciales. Si pensamos que el Factor de Recuperación –ndr:ncantidad del crudo que es posible extraer en base a la tecnología existente- es de sólo 20 ó 30 por ciento, el volumen podría ser de entre 600 y 900 millones (las reservas comprobadas de Argentina son de 2.300 millones de barriles, es decir que en ese pozo hay casi la mitad). Si no fuera así, sigue siendo importante, porque si lográramos extraerlo en Argentina, ese pozo equivaldría a un año y medio o dos de nuestra producción total”.
En efecto, la decreciente producción argentina se ubica en torno a los 34 millones de metros cúbicos, es decir algo más de 200 millones de barriles al año.
Acciones diplomáticas
Para Bernal, la situación no es nueva, en tanto el interés británico por el petróleo en Malvinas –según evocó- data desde la década del 70. “Surgió por la necesidad de modernizar la economía de las islas, porque de lo contrario la corona británica sabía que terminarían volviendo a manos argentinas, sin necesidad de conflicto bélico o diplomático, porque no podrían sostenerse”.
El investigador recordó que de la actividad lanera se pasó a la pesca y luego a los hidrocarburos.
“Estamos viendo el fin de un plan de modernización económica, que convertirá a las islas en autosuficiente en materia de defensa militar, con recursos petroleros muy jugosos para Gran Bretaña, ya que con sólo los 350 millones de barriles se aseguran 10 años de explotaciones”.
Bernal entiende que Argentina “debe dar un salto cualitativo en materia de acciones punitivas. Se cancelaron contratos de 1995, se emitieron sendas resoluciones de la secretaría de Energía y desde Presidencia para obstaculizar el transporte de materiales para la exploración, por lo que no pueden descansar en puertos argentinos ni brasileños. Si esto no alcanza y los británicos siguen en
su avanzada unilateral y en contra de los grandes logros diplomáticos argentinos en la ONU y en el comité de descolonización, llegó la hora de tomar medidas punitivas más fuertes. Las variantes son muchas la gravedad puede ser de menor a mayor, sin olvidar los activos del Reino Unido en la Argentina”.
En ese plano, el investigador advierte que hay empresas mineras con capitales comunes a estas compañías británicas, que ya operan en territorio argentino, además de “la propia Shell que ha sido partícipe en la exploración y pronta explotación del petróleo en Malvinas. Es una compañía que tiene refinería y estaciones de servicio en el país. Si bien la guerra terminó y al país no le
conviene actuar en ese ámbito, sí puede tomar medidas contra los activos de estos piratas del siglo 21, que además avanzan con una base militar que será autosuficiente desde 2016. Ya sabemos lo que pueden hacer en Libia, Irak, etc.
Esto trasciende la seguridad energética y se interna en la seguridad nacional, no sólo de la Argentina, sino de toda la Unasur”.
