La cuenca San Jorge cedió casi 5.000 millones de dólares en 12 años de gobierno kirchnerista

Por Raúl Figueroa) Chubut y Santa Cruz, que comparten la cuenca del golfo San Jorge, se cuentan entre las provincias que más recursos cedieron durante los 12 años de gobierno kirchnerista, si se contabilizan los ingresos que dejaron de percibir al cobrar las regalías petroleras sobre valores más bajos que los que regían en el mercado internacional, a lo largo de una década en la que el barril de crudo alcanzó a cotizar en su pico máximo histórico, de 147 dólares por barril. Así, la cuenca cedió para financiar el modelo algo más de 4.900 millones de dólares (unos 49.000 millones de pesos, según el tipo de cambio al cierre de este edición). El informe surge de un nuevo relevamiento realizado por la consultora Noanomics, que dirige el economista Félix Piacentini, quien evaluó la cantidad de fondos cedidos por provincias petroleras, cerealeras y sojeras, al momento de aplicar las retenciones vigentes durante el gobierno anterior.

Entre 2003 y 2014, Chubut cedió ingresos a Nación por un total de 2.365 millones de dólares. Santa Cruz dejó de percibir 2.685, mientras que Neuquén fue la más “desagrandada” entre las petroleras, con un aporte de 9.696. La explicación está dada porque las provincias percibieron regalías sobre precios “pisados”, por efecto de la política de precios internos para evitar subas abruptas en los combustibles (a lo largo de todo el período, Argentina se ubicó entre los precios más bajos del continente americano; la tendencia se revirtió en el último año, a partir de los precios de incentivo del petróleo, manteniendo hoy los valores más altos del continente en los combustibles para financiar esta política a la actividad petrolera).

El hecho de que Chubut haya cedido menos que Santa Cruz y Neuquén tiene una explicación: es la provincia que más exporta y esas ventas al mercado externo se vieron favorecidas, durante casi todo el período, por la liquidación de regalías a precios internacionales, de allí que perdió menos que las otras productoras de petróleo.

En materia de aportes, otras provincias pusieron más en función de las retenciones sobre el agro, por caso la provincia de Buenos Aires, con más de 30.000 millones de dólares; y Córdoba, con más de 23.000 (ver cuadro).

Asimismo, en 8 provincias el resultado es negativo al observar la diferencia entre los recursos enviados a Nación y los recibidos vía transferencias corrientes (coparticipación) y distribución del Fondo Federal Solidario. En esa cuenta, Chubut tiene un saldo negativo de  casi 1.500 millones de dólares, pero Santa Cruz sale airosa, ya que ha recibido más recursos de los que entregó: su saldo es positivo en 442 millones de dólares.

Transferencia de recursos desde las provincias

“Finalizados los 12 años de era K conviene hacer un balance para las provincias del ciclo que termina –sostiene el informe, al que tuvo acceso Suplemento Desarrollo-. Y es que un modelo basado en una fuerte redistribución de recursos entre provincias, y desde muchas de ellas al gobierno central, necesariamente deja un saldo de jurisdicciones ganadoras y perdedoras”.

“Muchas provincias fueron las grandes financiadoras del modelo imperante desde 2003, ya sea proveyéndole recursos vía la recaudación de derechos de exportación por sus producciones o través de regalías cedidas al ser calculadas a un precio interno desacoplado del internacional y significativamente menor. El primer aporte es más fácil de comprender ya que corresponde lisa y llanamente a lo que dejaron de percibir los productores agrícolas de cada provincia por la aplicación de retenciones a las exportaciones, recursos estos que fueron a parar a las arcas del gobierno nacional o subsidiaron los eslabones siguientes de la respectiva cadena de valor. En este sentido se ha estimado el aporte por la existencia de retenciones a las exportaciones de la producción de los granos de más relevancia: soja, maíz, trigo, girasol, sorgo y poroto; es decir lo que se aproxima más al término de cosecha gruesa”.

“A partir de la salida de la convertibilidad en el sector hidrocarburífero se aplicaron medidas para desacoplar los precios internacionales de los domésticos. Durante los 90 y hasta la crisis del 2001 los precios internos y de exportación de los hidrocarburos presentaban diferencias mínimas. A partir del 2002 se introdujeron medidas para evitar que la devaluación del peso se trasladara al precio doméstico de los combustibles. Además de retenciones a niveles altísimos, otras medidas adoptadas fueron acuerdos o congelamientos de precios, cupos de exportación, etc. El costo proveniente de la diferencia entre el precio externo y doméstico de los hidrocarburos ha sido asumido en parte por las firmas dedicadas a la actividad pero fundamentalmente por las provincias productoras que cobran regalías por la operación de las concesiones explotadas calculadas a precio interno, convirtiéndose en perdedoras netas y padeciendo una fenomenal transferencia de ingresos hacia el resto del país desde el año 2002. Este fenómeno se mantuvo hasta 2014 y en la actualidad se revirtió para el caso del petróleo a partir del desplome de su precio internacional, manteniendo el Estado nacional un precio sostén que es casi del doble”.

 

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