Por Raúl Figueroa) Según un análisis efectuado desde la consultora Oil Production Consulting, la relación entre precio internacional del petróleo y costos de producción por cada barril en la cuenca del golfo San Jorge es hoy peor que en la crisis de 1998-99, por lo que el panorama adquiere una complejidad llamativa y frente a la que no se observan acciones de planificación estratégica, más allá del acuerdo temporal de precios internos que ha posibilitado hasta ahora mantener a la región –hasta ahora- al margen de los efectos de la crisis.
El tema es advertido por el ingeniero Marcelo Hirschfeldt , que al tomar como referencia la situación de fines de la década del 90 tomó en consideración cuál era el costo de extracción por cada barril en ese momento y el precio del mercado internacional.
Aquella situación crítica es referenciada en la región como la peor que le tocó afrontar en su historia, debido a la baja de equipos que se produjo a partir de la paralización de la actividad. En ese contexto, el precio de referencia oscilaba entre 12 y 11 dólares –llegando a 9 en los momentos más críticos, por la penalización aplicada al crudo de esta cuenca-, mientras que el costo de extracción oscilaba alrededor de la mitad de ese valor.
“Por las referencias que tomamos en la consultora, podemos decir que el costo promedio era de entre 4 y 6 dólares por barril, frente a un precio promedio de entre 11 y 12 dólares por unidad. Es decir, el costo equivalía aproximadamente el 50% del precio –explica el consultor-. En la actualidad, con un precio de 45 dólares (ayer tocó los 43 el WTI), los costos de extracción van desde los 25 dólares por unidad, hasta –en algunos yacimientos- valores de 35 a 38 dólares. Es decir, se perdió la relación y hoy el precio del mercado internacional no duplica al costo de extracción, como ocurría en aquella crisis”.
Con esos datos en la mano, Hirschfeldt entiende que si bien no se trata de ser alarmistas, debe tenerse especialmente en cuenta que hoy la situación de crisis parece más complicada, en términos de la relación costo-precio, que en aquel período histórico referenciado.
Sumado a ello, otros trabajos de la misma consultora han reflejado acadamente que los costos de producción se seguirán incremento en la cuenca San Jorge, tal como se refleja en estadísticas que muestran que la relación de agua de formación por sobre petróleo sigue elevándose, superando hoy el 90 por ciento de la producción (es decir, por cada 100 barriles extraídos, 90 son de agua salitrosa).
“En este tiempo de campaña no escuchamos a ningún candidato hablar de un plan estratégico que nos permita afrontar estas situaciones, que se van a seguir profundizando –advierte el consultor-. Sería bueno que se instale en la discusión para saber cómo afrontaremos el manejo de la cuenca, porque los costos se van a seguir incrementando y la crisis internacional sigue impactando en todos los países, por lo que no podemos seguir cerrando los ojos como si acá no pasara nada”.
Para dar una referencia del impacto de la crisis en la región, advierte que Ecopetrol (Empresa Colombiana de Petróleos S.A), la compañía más importante de Latinoamérica, se encuentra a punto de despedir a 4.000 de sus 10.000 trabajadores. “Algo similar está pasando en Méjico y otros países de la región, entonces debemos pensar y planificar cómo lograr que la actividad sea sustentable en el tiempo, sobre todo porque depende de variables internacionales que nosotros no podemos manejar. No manejamos el precio ni tampoco las decisiones de accionistas que, en las distintas compañías que operan en nuestra cuenca, deben seguir resolviendo si invierten o no en la Argentina”.
En ese punto, el analista afirma que la discusión debe ponerse sobre la mesa, “porque los costos en la cuenca van a seguir aumentando y esto ya está afectando a las empresas de servicios, que son el cuello de botella del sector”.
En igual sentido, advierte que el tema del petróleo y recursos energéticos o mineros “no se pueden descartar si no hay estudios serios y profundos detrás, de lo contrario incurrimos en una hipocresía que impide analizar el tema con la seriedad que el problema requiere. Debemos discutir y planificar de cara a los próximos 15 ó 20 años”.
