Alejandro Eloff atribuye el reciente hito a la eficiencia y labor profesional para aumentar el Factor de Recupero

Por Raúl Figueroa) El gerente regional de YPF en la provincia de Chubut, ingeniero Alejandro Eloff, se refirió en un breve diálogo con Suplemento Desarrollo –en oportunidad del saludo organizado por el IAPG a periodistas de la región tras celebrarse el  de junio- al reciente hito alcanzado por la compañía en la provincia, que alcanzó una producción de 6.077 metros cúbicos por día, confirmando una tendencia de aumento de producción sostenida desde el año 2012. El fortalecimiento de equipos técnicos en base a una combinación de experiencia y jóvenes profesionales, sumada a la meta compartida con contratistas y trabajadores para incrementar la eficiencia, son algunas de las claves de ese proceso.

“Por las características de madurez que tiene la cuenca, por su alta madurez, para seguir produciendo nos plantea el desafío de reinterpretar estudios y resultados negativos que hubo en otros tiempos, en base a nuevas tecnologías disponibles”, asegura en principio el ejecutivo.

-¿Qué otros factores inciden para mantener la tendencia de alza productiva?
-Una de las claves es ir renovando las personas que estudian el subsuelo: geofísicos, geólogos ingenieros de reservorio, etc; esto es fundamental para mejorar el Factor de Recupero (F.R) y encontrar nuevas oportunidades en yacimientos maduros. Es una mezcla de gente con experiencia, que ha pasado por varios yacimientos en distintas cuencas y eso le permite volver a estudiar desde un pozo hasta un yacimiento con nuevas ideas, con las que traen de otros análisis o descubrimientos que permiten encontrar algo más de petróleo en los pozos que ya tiene perforados, en proyectos de secundaria o en lugares donde hay más espacio para perforar, ya sea horizontalmente, en el mismo área, o verticalmente buscando reservorios más profundos. En el caso de los geofísicos, la sísmica es una materia que evoluciona día a día, ya sea en el registro de campo y mucho más en el procesamiento del dato de campo. Cada vez hay algoritmos y computadoras de mayor poder para reinterpretar información que se obtuvo años atrás y lograr mayor nitidez en análisis del subsuelo. Esto significa interpretar exactamente por dónde está el plano de falla y la ubicación de los marcadores, que son capas con reflexiones muy claras; eso permite el análisis estructural y evaluar dónde están las trampas y vías de migración, que nos permiten seguir perforando pozos productivos.

-Es decir: áreas que ya habían sido exploradas en el pasado, con esta nueva tecnología se pasa un peine mucho más fino encontrar resultados.
-Exacto. Es posible no se encuentren grandes yacimientos, se encuentran premios pequeños pero los yacimientos maduros son una suma de pequeños premios. Ya no se va a descubrir “el yacimiento”, a lo mejor sí podemos descubrir en profundidad nuevas oportunidades, como el caso del D-129, que podría dar un premio grande. Desde ya que hay una parte tecnológica y otra económica. Como es un petróleo más caro, necesita un precio mayor para que se pueda transformar en algo rentable.

-Es un cambio cultural al interior de la compañía, esto de mirar con nuevos ojos una cuenca en explotación durante más de 100 años. ¿Cómo se construye ese cambio?
-Primero se necesita una vocación de producir, para poder -en función de esa vocación- incorporar la gente que busque producir más. Hoy la compañía tiene vocación para abastecer el mercado y en función de esa política se definen personas para poder estudiar y lograr ese objetivo.

-Aun en ese contexto que hoy plantea dificultades desde mercado externo, ¿se puede seguir apuntando a incrementar la producción?
-Sí; lógicamente que el mercado internacional condiciona sobre todo a las empresas que deben exportar el crudo a un precio menor, pero hay proyectos que aún  con el precio de exportación o el interno, son rentables. Para eso ha sido necesario, desde el trabajo de profesionales y técnicos, cambiar un paradigma que es el de seguir produciendo aun en un mercado con precios de entre 50 y 60 dólares. Fue necesario replantearnos cómo hacemos las cosas y cómo mejorarlas, tanto con nuestros contratistas y trabajadores en general.  Hoy tenemos la meta en común de mejorar la eficiencia, para que el aumento de producción nos permita sostener la actividad más allá de lo que pasa en el mercado internacional.

 

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