“Cuando el precio del crudo era alto, las provincias petroleras subsidiaron al resto del país”

Por Raúl Figueroa) La visión del economista Félix Piacentini sobre la baja del mercado internacional y su impacto en Argentina. Director de la consultora Noanomics, meses atrás publicó un trabajo en el que hizo el cálculo de que las provincias productoras cedieron a Nación (y a los consumidores de combustibles de todo el país) un monto cercano a los 18.000 millones de dólares, a lo largo de la última década en que las regalías se liquidaron en base a precios más bajos que los del mercado internacional.

La caída del precio del petróleo en el mercado mundial, que acumula 40% de retroceso en los últimos seis meses, disparó las alarmas de las provincias petroleras y así lo expresaron a través del posicionamiento de la OFEPHI en el que se requiere al gobierno nacional sostener los precios de referencia del mercado interno, que hoy resultan más altos que la cotización internacional. El economista Félix Piacentini sostiene que por una razón de equidad, así como las provincias petroleras han cedido 18.000 millones de dólares durante la última década, al cobrar regalías a precios más bajos que los del mercado internacional, hoy deberían ser compensadas con el sostenimiento de esos niveles. En comunicación exclusiva con Suplemento Desarrollo, el director de la consultora Noanomics evalúa las posibles tendencias del mercado energético.

-¿Qué puede esperarse del mercado petrolero argentino, frente  la tendencia a la baja que sigue mostrando el mercado internacional?
-Indudablemente que si esta baja se mantiene –ya se habla de que puede hundirse hasta los 60 dólares por barril- hay implicancias diversas, sobre todo en lo referente a extracción de petróleo y gas no convencional, ya que si bien esos costos están bajando se habla de que en Argentina el costo de extracción en Vaca Muerta es no menor a los 80 dólares por barril y el precio internacional hoy está por debajo de esa referencia, entonces altera la posibilidad de desarrollo de este tipo de hidrocarburos en el país. Por otro lado, lo que es todo el negocio convencional también se afectará a través de una menor inversión, en la medida que no se mantenga el precio de referencia interno.

-El martes la OFEPHI ha pedido al gobierno nacional que sostenga estos precios de referencia interna (83 dólares por barril para el tipo Medanito y 67 para el tipo Escalante). Si lo analizamos desde una perspectiva económica, ¿quién se beneficia además de las provincias petroleras, que de ese modo evitan perder ingresos por regalías? ¿Al Estado nacional le conviene mantener estos precios artificialmente altos?
-El Estado nacional tendrá que evaluar hasta dónde sostiene la brecha, ya que los pronósticos más pesimistas hablan de que el precio va a caer a 60 dólares. Desde el punto de vista de las cuentas públicas hay una conveniencia con la reducción del precio internacional, porque estaría comprando importaciones más baratas en productos energéticos (gas y petróleo), aunque por otro lado hay una pérdida de ingresos por retenciones a las exportaciones. También se debe hacer una cuenta más estratégica, que refiere al objetivo de sostener los proyectos de inversión en materia de no convencionales, para lo cual se necesita mantener el precio de 80 dólares, en la medida que el consumidor pueda pagarlo. Porque en definitiva quien termina pagando esa decisión es el consumidor de combustibles, a través de los precios en el surtidor, que seguirá pagando la nafta y el gasoil a los precios actuales, a diferencia de otros países donde han empezado a bajar esas tarifas.

Este medio publicó un trabajo de Piacentini meses atrás, en el que éste realizó un cálculo por el cual las provincias petroleras dejaron de percibir 18.000 millones de dólares desde el año 2003 en adelante (2.000 dejaron de ingresar a Chubut), a raíz de que los precios internos del petróleo estuvieron desanclados del mercado internacional, que llegó a un techo de 140 dólares por barril. Hoy, sostiene el analista, ese “crédito” a favor debiera considerarse para no perjudicar a las provincias productoras con una disminución de sus regalías, si se decidiera permitir que el precio interno del petróleo baje al ritmo del mercado internacional.

-De todas maneras –añade ahora el entrevistado-, las provincias han beneficiado durante la última década al resto del país a través de vender sus hidrocarburos y cobrar regalías a precios intervenidos, por lo que desde el punto de vista de la justicia sería un buen momento para devolver a las provincias productoras o tratar de que recuperen todo ese perjuicio que han sufrido y en el que en definitiva se subsidió el consumo de combustibles en el resto del país. Esto tiene que ver con un estricto sentido de equidad.

-¿Puede aparecer el campo como factor de poder, interesado en baja del precio de gasoil?
-No habría que descartarlo, porque el precio del gasoil es, sobre todo en zonas alejadas, un factor que incide en manera importante en los costos y hace que se limite mucho la producción. De todas maneras, la medida más inteligente que puede tomar el Estado es actuar sobre el componente impositivo (más del 50% del precio de los combustibles corresponde a impuestos), en lugar de intervenir sobre el precio del crudo. Además se debería incentivar el uso del biodiesel en el campo, eliminando las distorsiones que sufriría el precio final del combustible.

Por qué baja el petróleo y las dudas sobre Vaca Muerta

Entre las razones de la baja del precio del crudo se combinan una circunstancial disminución de la demanda de China y otros países en crecimiento en el mercado asiático, con la irrupción de Estados Unidos con una mayor absorción de su propia demanda de petróleo y gas, a partir del desarrollo de campos no convencionales. La decisión de la OPEP de dejar de actuar como regulador de mercado, al resolver no disminuir la oferta que hoy tiene un excedente estimado en 2 millones de barriles por día, acentuó la tendencia a la baja y el mundo se prepara para un ciclo de valores en retroceso, con ganadores y perdedores.

Entre los primeros se cuenta a los países europeos, que dependen de las importaciones de petróleo y gas, por lo que al producirse una baja en el precio, tendrán el lógico beneficio de una compra a precio más barato. Del mismo modo, se estima que para Argentina podría haber un ahorro de 1.200 millones de dólares, a partir de los mejores precios que se prevé para sus crecientes importaciones de gas y petróleo liviano.
Al mismo tiempo, el país tiene todas sus expectativas en el desarrollo de Vaca Muerta para, precisamente, disminuir en el mediano plazo la dependencia de importaciones de energía y poder abastecerse con gas producido en territorio neuquino. La paradoja es que para viabilizar esos proyectos, se requiere que el precio por barril de crudo siga referenciado en 83 dólares, tal como rige en la actualidad. Ese valor podrá sostenerse en base al precio de los combustibles, que de todos modos tienen una incidencia baja del costo del petróleo en su composición total del precio (en 1998, cuando el crudo cayó a 11 dólares por barril, los precios de las naftas no retrocedieron en Argentina: por entonces se argumentó que la incidencia del crudo era de sólo un 8% en la composición tarifaria y Roberto Monti –titular de YPF- estampó una frase que hoy viene a cuento: “aunque nos regalaran el petróleo, no podríamos bajar el precio de las naftas”).
El CEO de YPF, Miguel Galuccio, confió en las últimas horas en que los proyectos de Vaca Muerta no corren riesgo por la baja circunstancial del precio en el mercado internacional: “No podemos decir por la foto que con Brent de 65 dólares por barril, Vaca Muerta no es más rentable. Eso sería un error. Los fundamentos de la demanda de petróleo no han cambiado”, dijo el actual presidente de la compañía al contestar preguntas de los empresarios que participan de la 20ª Conferencia Industrial Argentina, en Pilar.
“Vaca Muerta no está en riesgo, habrá que ser más competitivos y justar los costos”, dijo el ejecutivo, aunque nadie preguntó si ello implica que los costos en el país están sobredimensionados en 20 dólares por barril.
En ese marco, Galuccio consideró que “habrá que lograr que el costo de perforación de un pozo no cueste 7 millones de dólares, sino que dentro de tres años cueste 3,5 millones”. Y confió en que a largo plazo la demanda volverá a estabilizarse, sosteniendo los precios por encima de la caída actual. También fue claro al afirmar que las naftas no bajarán en el país, ya que el crudo Medanito seguirá en 84 dólares y el petróleo importado desde Nigeria no está entre los que más perdieron precio en el mercado internacional.

Vaticinios hasta 50 dólares

En edición del 21 de noviembre de 2013, este medio publicó una reseña del estudio de la consultora francesa AlphaValue, que había advertido que la alta producción de shale de Estados Unidos (retrayendo su demanda hacia otros países) provocaría un efecto tal que el barril de petróleo pasará a cotizarse u$s 50; “es decir, cerca de la mitad de los casi u$s 100 que cuesta hoy”, señalaba ese informe, cuando parecía de probabilidad muy lejana.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *